martes, 30 de diciembre de 2008

Martín (Hache)

He vuelto a llorar con una película. Lo sé, estoy sensible y lloro con cualquier cosa, pero ésta se lo merece de verdad. Se merece que sueltes unas cuantas lágrimas.


Martín y Martín (H), padre e hijo, inteligente y vago, sin vida y sin vida descubierta. ¿Qué hacer cuando no le encuentras a tu vida el sentido? Simplemente buscarlo. Es tan fácil de decir como complejo de hacer. Un supuesto intento de suicidio embarca la vida de estos dos seres y de los que los rodean hacia la búsqueda, alguno sin retorno, de la felicidad y del deseo irremediable de buscarse a uno mismo, de buscar aquello que te identifica, de no ser una 'h' inservible y sin identidad.


Un llamamiento especial merece ese Eusebio Poncela y Dante, el personaje al que da vida. Su concepción de vida puede ser muy criticable, tanto como admirable. Vivir por y para el placer puede pintar muy bonito pero eso conlleva a la soledad, a vivir en un hotel y, también, por qué no, a darlo todo por aquellos que son capaces de comprenderte. Sexo, drogas y una profesión que te hace feliz es todo lo que Dante necesita para sentirse vivo. Algo que a muchos les cuesta.


Martín, por otro lado, es todo lo contrario. Estúpidamente correcto, es incapaz de mostrar sus sentimientos y, como dicen en la película, de amar por no sufrir por amor. Prefiere perder lo que ama por no demostrar lo que siente. Y lo pierde de la manera más trágica.

El punto positivo: gracias a esa pérdida descubre que siente, que ama y es capaz de llorar por ello.

No podría pasar por alto el personaje de Alicia, interpretado por la gran Cecilia Roth. Sabe que lo que ama le hace daño y que poco a poco la está matando pero no es capaz de dejarlo. Es como una droga, justo lo que le hace perder la conciencia en algunos momentos, pero, en este caso, es peor. Está mezclada con la esperanza. La esperanza de que las personas pueden cambiar.

De nuevo cine con acento argentino. Me encanta. Busquen un hueco para verla. Yo acabo de encontrarlo y me alegro por ello.

viernes, 26 de diciembre de 2008

¿Qué pasó con la Navidad?


No podía dejar de ser uno más en esta blogosfera y dedicar una entrada a estas felices fechas llenas de amor y armonía. No creo en ellas como tales aunque tengo que decir que me encantan esas noches en las que la familia se vuelve a reencontrar y, en mi caso, la familia es grande.

Esta Nochebuena ha estado bien pero poco a poco se me resiste más el gusto por la NAVIDAD. Sí, Navidad en mayusculas porque no hay en Diciembre otra cosa que no sea la Navidad. Mi madre el día 1 a las 9.00 horas ya estaba poniendo el árbol con todas sus lucecitas y el portal de Belén sólo esperó hasta las 11.00. En mi calle las casas brillán más que nunca y mi casa se llena de bombones y mantecados.

De cuando era chico sólo me acuerdo de esas cenas en casa de mis abuelos con toda la familia al completo. Los pequeños en una mesa y los mayores en otra. Una vez hicimos la cena en mi casa y la recuerdo con especial cariño. Todas mis titas preparando la cena (titos no había ni uno). Yo y mis primas secando los vasos y los cubiertos,... Lo que no se me puede olvidar es ese famoso Cortilandia que me alegraba esa tarde llena de olor a castañas.

La Navidad despierta en mí sentimientos extraños y, aunque me da pena, tengo que decir que cada vez me gusta menos. Es triste.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Miradas


Miradas que dicen tanto sin palabras, idas con objetivos que se rompen al acercarse, vueltas cargadas de porqués. Cada uno en una esquina pero, quizá, con la mente en la esquina opuesta. Un 'ya hablaremos' que dice mucho y una espera que los primeros días se hace eterna.

No puedo hablar mucho. No quiero decir mucho. No sé lo que puedo pensar. No sé lo que quiero pensar.

martes, 16 de diciembre de 2008

Sin sentido (pero con vida)

A veces no está mal escribir cosas sin sentido, como a uno le vengan a la cabeza. Mi vida, mis estudios, mis amores, mis pasiones, mis amigos, la gente que acabo de conocer, mis problemas, mis lecturas, mis funciones, todo, absolutamente todo tiene cabida en este Sueño sin fin.
A veces pienso que este rincón no debe descubrir a los seres ajenos a mi vida mis miserias personales o mis sentimientos más escondidos, pero también creo que escribirlos pensando que poca gente lo leerá también tiene su punto.

A veces pienso que nunca me entristezco, que soy poco sensible, pero llevo una semana en la que el llanto o la tristeza se mezcla con la alegría y las carcajadas. No todo funciona como yo quiero: cosas que se crean, asuntos que avanzan, grupos que se destruyen por algo estrictamente personal, sentimientos que creo sin intención, daño sin querer y no encuentro la solución, aspiro a algo que mi timidez corrompe (aunque sea bonito lo que empieza no sé si este es mi caso), unos examenes que aprobar, un estreno en Sevilla que no logro disfrutar (pero espero que en el escenario sea otra cosa -ehhh, mañana a las 19.00 horas en la Facultad de Comunicación, La diva al dente. Nada es lo que parece), un trabajo en el youthing que a veces crea problemas aunque también buenos momentos, una escuela que quiero disfrutar al 100%...y gente a la que llevo mucho tiempo queriendo y gente a la que estoy empezando a querer.

Sin sentido, ¿verdad? No me importa. Esta noche yo me entiendo.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Sentimientos enfrentados


¿Por qué algo que a mí me puede hacer muy féliz a una de las personas que más quiero le entristece tanto?


Eso me amarga la felicidad.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Sonata de otoño

Me apetecía ver a la gran Marisa Paredes en el teatro. Después de Todo sobre mi madre en la que interpretaba a Huma Rojo me pareció una de las grandes de nuestro cine y, ¿por qué no? De nuestro teatro. Pero lo que no sabía era que también que iba a encontrar con otras dos grandes actrices: Nuria Gallardo y Pilar Gil. La primera destaca por su fuerza y por no dejarse ensombrecer en ningún momento por compartir escenario con Marisa Paredes y la segunda por que cada vez que salía a escena me estremecía y una lágrima se me escapaba.

Sonata de otoño es una obra muy dura en el que las relaciones de madre e hija llegan a los límites más extremos del odio y el rencor. Eva odia a su madre por sentirse abandonada y porque el necesitar su cariño y no tenerlo la ha convertido en una persona arisca y triste. Ahora me acuerdo de la figura de Truman Capote que llegó a la drogadicción por la falta de cariño maternal. Los problemas de la infancia afectan durante toda la vida.


Charlotte, a la que Marisa Paredes da vida (en la rueda de prensa comentó que este es el papel más difícil que ha tenido que interpretar) es una persona egoista pero que no se da cuenta de ello. En Sonata de otoño se ven dos realidades muy distintas. Cada una desde unos ojos diferentes, pero ambas ciertas porque siempre que hay dos personas hay dos puntos de vista. Es triste ver discutir a una madre y a una hija así, echándose en cara todo lo que durante años han estado comiéndole por dentro, pero así es la vida. Dura y triste en algunos momentos.


También me gustaría destacar el papel de Chema Muñoz, siempre comprensivo y servicial, ve cómo su mujer, Eva (que lo califica como su mejor amigo), se hace gorda y fea por las pocas ganas de vivir. Importancia también de la iluminación, brillante, y de la escenografía, excepcional.


Por último, creo que merece una mención especial el piano y lo que tocan, que por su dureza y frialdad, te pone el vello de punta. Es una música de grandes golpes que parece que en algún momento te va a dar notas más agudas pero es sólo una ilusión.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Mediterraneo



Sí, es el mar. Sí, es la canción de Serrat. Pero también es un bar en el que he disfrutado como en pocos bares se puede hacer. Es Barcelona. Calle Balmes 129. No es publicidad. Es recomendación y recuerdos. Sí, las bebidas son caras pero el lugar lo merece. Música en directo y en acústico. Música que no deja indiferente a nadie. Una voz rota, con sentimiento. Una guitarra gastada por las misma música que de sus cuerdas sale. Unos kikos y un Nestie. Lo demás, para mí, está servido. Estar acompañado con gente que tiene tus mismos gustos, engrandece la buena energía. Y sí, es Beth. Artistas como ella, Pedro Javier Hermosilla, Joan Tena,... empezaron en lugares como este y siendo escuchados por oídos como los míos.


El Mediterraneo me impresionó. Se notaba que era Barcelona.