miércoles, 29 de julio de 2009

Un cumpleaños blogero sin ánimo de lucro

Un mes extraño, de flojera blogera que ni siquiera me ha permitido festejar el primer cumpleaños de Sueño sin fin. No es que no haya tenido cosas que contar, películas que analizar (Cleopatra, Los amantes del círculo polar, Fuera de carta, La soledad, Elegy, son películas que en sus mas o sus menos -de más a menos en orden decreciente- me han aportado algo y espero poder algún día analizar), obras que comentar (El enfermo imaginario de Viento Sur),...
Ha sido un año distinto, con mucha gente nueva y muchos grandes y ahora vuelvo a trabajar en "el periodismo", como dice mi madre. Diario de Sevilla es el lugar que me ha acogido (iba a entrar de nuevo en El Correo de Andalucía pero tan poco tiempo era imposible, no creaís que os olvido ehh!!), por poco tiempo porque a finales de agosto me mudo a Nueva York, aunque sólo sea por tres semanas... lo espero con ganas, ahi cosas que hacer aquí pero seguro que allí a mi angel y a mi nos espera algo muy bueno.
Contaré hazañas y anécdotas del viaje en el blog así que creo que la actividad volverá por esa fecha... si me vuelven las ganas de actualizar, aquí estaré y espero que esteís vosotros también.

sábado, 4 de julio de 2009

Caótica Ana

Tenía ganas de verla. Después de Lucía y el sexo, Julio Medem se adentró en el caos de una joven con aires hippies que va descubriendo poco a poco lo que tiene dentro de si misma.
Es increíble el lugar en el que vive con su padre nada más empezar la película. Esa cueva llena de puertas que simboliza cada una de las vidas que Ana ha vivido sin darse cuenta. Una casa llena de simbolismo y un paisaje que aborda toda la primera parte de la película que te adentra en un mundo casi imposible de vivir pero en el que a muchos nos gustaría estar por un tiempo.
El segundo lugar en el que se adentra Ana en esta película en la que los viajes marcan cada uno de los diez números que suenan en la cuenta atrás de la hipnosis de su vida. Un lugar bohemío, propio del Montmartre parisino, en el pleno centro de Madrid. El arte en todas sus dimensiones se adentra en una casa en la que todos son uno y uno son todos. Allí conoce a Linda, interpretada por Bebe, genio en todo lo que se propone, que con su síntesis de la realidad humana en "Los hombres son unos violadores y las mujeres unas putas", presenta a Ana una vida distinta, una vida que pronto será la suya.
Es extraña sí, pero Caótica Ana llega, te adentra en un mundo, otro mundo distinto al nuestro, en el que el amor simboliza mucho más y en el que cada gesto, cada lágrima, cada mirada llega a otra dimensión más aérea y mucho menos terrenal. Una película en la que Medem homenajea a su hermana y en la que las historias pierden la realidad en los labios de unos actores que casi hacen creíble el caos de Ana. Por cierto, Manuela Vellés aparece preciosa en cada una de las imágenes.