sábado, 16 de julio de 2011

24


Muchas veces me han dicho tienes 24 años, tienes que aprovechar el momento, VIVIR.
Sí, lo sé, tengo 24 años. Me lo planteo. ¿Qué es realmente lo que quiero hacer? Me molesta que alguien me diga lo que tengo que hacer, que ante momentos en los que no tengo nada específico que hacer, ya tengan determinada una tarea, una OBLIGACIÓN. Me molesta tener obligaciones a mis 24 años. Quiero ser libre, quiero VOLAR, con cabeza, pero con alas.
Quiero trabajar este verano, quiero sentir que tengo algo que hacer "de verdad" para que no tengan que organizarme mi día a día. Pero no se si eso servirá de algo.
Es mi verano de mis 24 años y quiero experimentar cosas nuevas. Ir de nuevo a Portugal pero vivir experiencias nuevas, con gente nueva y con la misma gente, pero de diferente manera. A mis 24 años no quiero tener miedo al error, a equivocarme, al que dirán, al no hacer lo que se espera de mí, pero siento que ahora mismo esos miedos hacen que no haga muchas cosas, que ni tan siquiera me plantee qué es lo que quiero hacer.
He pensado independizarme. CAMBIAR. Tengo que cambiar. Vivir en otro lugar, sentirme independiente y, sobre todo, marcarme yo mis OBLIGACIONES. Con 24 años tengo que ser diferente. Me queda un año de estudio y ahí vendrá el cambio brutal, pero no quiero encontrarme con el vacío, el no tener nada, por eso quiero que mis 24 años me sirvan para eso, para comenzar un camino que será muy largo, pero que espero que me de muchas alegrías.
Todo comienza este verano. ¿Quién se apunta?

miércoles, 6 de abril de 2011

Tarde


Sigo andando. Sigo andando sin temor al mañana pero con el mismo miedo que ayer. He empezado a escribir y no sé ni qué quiero contar ni porqué pero mis dedos fluyen y golpean las teclas del ordenador intentando descifrar cada pensamiento que sacude mi cabeza y mi conciencia.

No sé si mi vida con 24 años tiene algo que ver a lo que me planteaba cuando llegué a la mayoría de edad. Ese momento en la vida de todo muchacho en el que se ve en un futuro, siempre pensándolo como algo lejano pero ese futuro llega y ya está aquí. Sin que me haya dado cuenta, sin que me haya parado a pensar si lo que hago está bien o mal, si es lo que realmente quiero o, la duda de mi existencia, ¿lucho lo suficiente por lograr lo que quiero?

Sé que mis años todavía no son muchos pero a mí me pesan como una gran tabla de hierro. No son muchos pero ¿voy por el camino correcto o voy demasiado tarde? Pasito a pasito se consiguen las cosas pero, a pesar de que sigo estudiando y de que la rama periodística parece que sigue adelante, mi lado interpretativo sigue dudando. Sigue planteándose si debe esperar un año para hacer algo que podría hacer ahora mismo. Arriesgar, confiar en mí, en mi talento y en esa magia innata que todo actor debe tener.

El cine, la cámara, es algo que pocas veces he probado y que necesito investigar. Creo que es uno de los puntos importantes que le faltan a mi formación pero lo peor de todo es que, a veces, siento que sobre el escenario, no consigo proyectar todo mi aprendizaje, que era más lanzado hace unos años, cuando todo lo que salía de mí partía de mi propio espíritu, de mi propia capacidad creativa, que cada vez veo más difusa. Serán etapas, supongo.

No sé si seguiré escribiendo en este blog, lo volverá a renacer o si volverá a tener una parada abismal, pero hoy lo he intentado. Ha salido de dentro, después de ver una entrevista a Félix Gómez, un actor que ha ido creciendo poco a poco pero que a los 21 años ya estaba en Madrid interpretando a Jero en Al salir de clase, por eso me pregunto, ¿voy tarde?

miércoles, 13 de enero de 2010

Mi "dulce" despertar

Hoy me he levantado sin ganas de nada. Ayer me acosté a las seis de la madrugada y hoy debería haberme levantado para ir a clase... pero no he encontrado mi motivación. No sabía para qué quería ir, me encanta la gente que tengo allí pero no se... esperaba en este nuevo año comenzar de nuevo, con otro espíritu,... pero no lo he conseguido.

Lo volveré a intentar. He luchado mucho por entrar en una escuela de arte dramático como para echarme atrás ahora.

Hoy he entregado un relato para que salga publicado en un libro de relatos. Todos son uno es el título y estoy orgulloso de mi pequeña criatura. Al comienzo del relato hemos tenido que incluir una breve biografía de unas cuatro líneas. A las seis de la mañana no se si es el mejor momento para escribir este tipo de cosas pero esto es lo que salió: Puedo ser yo ese?

Dicen que no se quedarme quieto en mi sillón, que voy feliz por la vida y siempre pienso que mañana será mejor. La noche es mi principal compañía, el día, ese momento en el que demuestro segundo a segundo, minuto a minuto, lo que valgo, lo que sueño, lo que quiero, lo que necesito y lucho con fuerza… hasta decaer. Pero volver a levantarse siempre será más dulce.


¿Puedo ser yo ese?

Espero que mi despertar de mañana siempre sea más dulce.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Esta no es la historia de Antoñita la fantástica

Una mujer sola en el escenario. Retales en su sillón, retales en su teléfono, retales en su perchero, retales en su corazón. Una caja de lata oxidada con tan sólo diez recuerdos y un teléfono que nunca sonará... o tal vez sí. Estos son los ingredientes de un homenaje a la mujer vacía por fuera pero muy llena por dentro, tan llena que hace que la incultura se transforme en poesía y la soledad en unas ganas tremendas que querer vivir... o al menos, soñar.
Una interpretación magestuosa de Gina Escanez que se atreve a meterse de lleno y sin tapujos, por primera vez en una interpretación en solitario y sale triunfal, orgullosa de un trabajo minucioso y sin remiendos. La tela de una vida que se descubre dándonos lo mejor de ella, lo que sólo ella sabe dar. Fuerza y energía cuando Antoñita lo necesita y sentimiento y nostalgia cuando los recuerdos se le afloran en una conversación con Sole.
Una mención especial también a la dirección y al texto, una poesía que llega al corazón sin que apenas nos demos cuenta (nunca pude pensar que el mundo de la costura diese tanto de sí en el lenguaje), de Verónica Rodríguez, y a un vestuario y una escenografía impecables.

Quizá una máquina de escribir no sea la mejor compañía del mundo pero... a falta de pan, buenas son tortas.

Intimista a más no poder. Tan sólo una pega: el saloncito de Antoñita es muy acogedor pero se merece una sala más grande y un escenario que no comparta el suelo con el espectador pero,por favor, sin perder ese intimismo que caracteriza a la obra.

Por favor, que se pare el mundo, que me quiero bajar.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Tiempo de reflexión


Lo se, otro parón ha acechado a este sueño sin fin... pero era necesario.

Mi vida ha continuado como siempre,... sin rumbo y sin pausa, sin un descanso descifrado que me haga cerciorarme de que lo que sucede a mi alrededor y lo que sucede conmigo es lo que yo realmente quiero que suceda. Cinco años estudiando una carrera, dos en otra artística, y 22 de vida que pronto serán uno más para adentrarme en otro año que será igual, o quizá distinto.

Pero hoy, después de casi dos horas de entrevista a una de mis artistas preferidas, Vega, en el programa Las 1001 noches, me he dado una pausa para pensar... o para escribir... porque realmente escribo ahora mismo sin pensar en lo que escribo, simplemente siento. Tengo claro lo que quiero en mi vida pero me sucede muchas veces que no se cómo conseguirlo. Es complicado elegir el camino correcto, seguramente será el más arriesgado, pero también el más interesante e intrigante, el más divertido, el que más lágrimas me acarreará pero he de conseguir mi sueño.

Con los pies sobre la tierra, siempre.

¿Y mi vida? ¿Qué pasa con mi vida? ¿Realmente vivo por mí o vivo por los que me quieren? Comenta Vega que su éxito en personal es tener alguien que te quiera y que tú lo quieras a él de la misma manera y que lo mejor en la vida es tener gente que te quieran. Evidentemente es cierto. Al fin y al cabo es lo único que siempre permanece cuando se cuida. De nada sirve un éxito si no tienes a nadie con quien tomarte unas cervezas para celebrarlo.

¿Y dónde está ese puntito de locura que tanto me gusta? Debe volver. Debo luchar por ello tanto o más que por mi sueño, porque una cosa lleva a la otra. Actuar sin pensar a veces es positivo aunque después te tengas que lamentar de las consecuencias, pero siempre sabrás que has actuado como te pedía tu corazón.

Y eso es lo que realmente importa.

Gracias, Vega!

sábado, 3 de octubre de 2009

El secreto de sus ojos


El pasado siempre está ahí... dicen que es mejor olvidarse de lo que nos pasó pero sin quererlo siempre quedan heridas abiertas, imposibles de cicatrizar.
Una película en la que Benjamín Espósito volverá a abrir la puerta de 25 años atrás para arreglar o terminar de solucionar lo que nunca solucionó en su tiempo. La vida profesional, con el caso Morales, y la vida personal, con Irene. Todo ello para escribir una novela y para poder ser feliz del todo, sin resquicios del pasado.
Tremendo final en el que la cadena perpetua cobra un sentido diferente y en el que a veces es mejor dejar libre al asesino de tu mujer que morirte en vida con él. Excelente interpretación de Ricardo Darín que vuelve a interpretar a ese hombre hundido que sale de su hundimiento por cuenta propia. Y, como viene haciendo común, Campanella no defrauda.

Mi reflexión personal va más allá de la película, porque dice mucho más: Una mirada, una carrera viendo como se aleja la persona que quieres y no sabes como bajarte de ese tren que te aleja de ella. Me he arrepentido tantas veces de lo no hecho... de huir y arrepentirme de no volver en cada paso... que ojalá todo sea como en El secreto de sus ojos, en el que el tiempo lo dice todo. Seremos boludos pero siempre tiramos pa' lante, nunca retrocedemos y decimos "No me voy a arrepentir" y voy a hacer lo que verdaderamente siento, lo que verdaderamente quiero.

¿Quién escribirá el final de nuestra vida?

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Sin motivación escénica pero con un nuevo espíritu



Sin motivación escénica:

Sin ganas de improvisar
Sin ganas de respirar por el diafragma
Sin ganas de repetir un monólogo absurdo
Sin ganas de colorear mis tensiones
Sin ganas de impulsar con el centro
Sin ganas de buscar mis razones para querer
Sin ganas de buscar mis razones para negar



Con un nuevo espíritu:

Con ganas de salir de noche
Con ganas de conocer gente
Con ganas de sentir placer
Con ganas de dar placer
Con ganas de obviar lo inservible
Con ganas de buscar lugares nuevos
Con ganas de explorar los ya conocidos



Después de Nueva York... algo ha cambiado