sábado, 4 de julio de 2009

Caótica Ana

Tenía ganas de verla. Después de Lucía y el sexo, Julio Medem se adentró en el caos de una joven con aires hippies que va descubriendo poco a poco lo que tiene dentro de si misma.
Es increíble el lugar en el que vive con su padre nada más empezar la película. Esa cueva llena de puertas que simboliza cada una de las vidas que Ana ha vivido sin darse cuenta. Una casa llena de simbolismo y un paisaje que aborda toda la primera parte de la película que te adentra en un mundo casi imposible de vivir pero en el que a muchos nos gustaría estar por un tiempo.
El segundo lugar en el que se adentra Ana en esta película en la que los viajes marcan cada uno de los diez números que suenan en la cuenta atrás de la hipnosis de su vida. Un lugar bohemío, propio del Montmartre parisino, en el pleno centro de Madrid. El arte en todas sus dimensiones se adentra en una casa en la que todos son uno y uno son todos. Allí conoce a Linda, interpretada por Bebe, genio en todo lo que se propone, que con su síntesis de la realidad humana en "Los hombres son unos violadores y las mujeres unas putas", presenta a Ana una vida distinta, una vida que pronto será la suya.
Es extraña sí, pero Caótica Ana llega, te adentra en un mundo, otro mundo distinto al nuestro, en el que el amor simboliza mucho más y en el que cada gesto, cada lágrima, cada mirada llega a otra dimensión más aérea y mucho menos terrenal. Una película en la que Medem homenajea a su hermana y en la que las historias pierden la realidad en los labios de unos actores que casi hacen creíble el caos de Ana. Por cierto, Manuela Vellés aparece preciosa en cada una de las imágenes.

2 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Y la otra es Bebe no?

alvaroprados dijo...

stoi deseando d verla =)